La Torre Eiffel fue diseñada por el ingeniero francés Gustave Eiffel. En un principio, el proyecto se presentó para ser construido en Barcelona pero su ayuntamiento lo rechazó porque no le gustó nada la torre, así que Gustave Eiffel volvió a presentar el proyecto, esta vez a la ciudad de París, para que se levantara con motivo de la Exposición Universal que se celebraba en esa ciudad, a principios del siglo XX.
Este monumento se ideó como una gran torre fabricada en metal, que podía ser vista a gran distancia. Pero una vez más, cuando se empezó a construir, los franceses dijeron que tampoco les gustaba nada la torre: les parecía un auténtico armatoste... Así que pensaron en desmontarla una vez acabara la Exposición Universal.
Pero Monsieur Eiffel no se daba por vencido: con ayuda del ejército francés, buscó alguna buena razón para mantenerla y pudo demostrar que era un lugar idóneo para las retransmisiones y comunicaciones radiotelegráficas así que finalmente consiguió que no se desmontara, convirtiéndose así en uno de los símbolos más representativos de Francia.
La torre mide 300 metros y es visitada cada año por alrededor de 7 millones de turistas de todo el mundo.
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